Mientras todos intentábamos mantenernos fuera del sol mientras la ola de calor golpeaba la provincia, estábamos lidiando con temperaturas intensas para mantener a nuestros residentes equinos frescos y tranquilos.

Con el termómetro subiendo, recibimos otra llamada de las autoridades en Almoradí que habían encontrado a una poni abandonada, atada a un árbol y dejada sin comida ni agua. Su condición era desgarradora. Estaba en los huesos y mostraba signos de laminitis, una enfermedad en los cascos causada por una alimentación inapropiada. Pensar que alguien podría simplemente atarla y abandonarla en este calor era espantoso.

Después de llevarla al Centro de Rescate, nuestra veterinaria equina Dorothea examinó a nuestra nueva llegada. Estaba completamente ciega de un ojo, probablemente debido a algún tipo de golpe o lesión, y su otro ojo tenía solo un 60% de visión.

Esta pequeña poni rápidamente comenzó a mostrar su verdadera personalidad, ¡desde su enorme apetito hasta su actitud cabezota!

En cuanto a su nombre, desde que llegó, todos los que la han visto dicen que se parece a una pequeña vaca. Es por eso que hemos decidido llamarla Daisy.

Agradecemos a la policía local de Almoradí que se preocupó por el bienestar de la poni, la llevó a la comisaría, y le dio agua hasta que pudimos ir a buscarla. Esta es la 28º equina que hemos rescatado de esa ciudad y simplemente no hay otro lugar para albergar estos animales abandonados. Sin embargo, a pesar de la cooperación y el apoyo de las autoridades locales, aún falta financiamiento y dependemos de la generosidad de nuestros simpatizantes para cuidarla y darle la mejor vida posible.