Ginger, Spirit, Zak y Moses
Rescate: 9 de noviembre del 2008
Nuestros cuatro preciosos caballos árabes eran parte de una manada propiedad de una mujer británica que vivía en España, la cual, de repente, dejó de alimentar a sus animales. Esta mujer tenía 20 caballos árabes, también una manada de ponis miniatura y unos 100 perros.
Cuando tuvimos noticias de este caso, nos dijeron que ya habían fallecido tres caballos en el campo.
Tristemente, solo pudimos salvar a esto cuatro caballos árabes – los llamamos Spirit, Zak, Moses y Ginger – así como un caballo miniatura de pura raza llamado Taffeta, porque en aquellos días solían pasar varias semanas antes que la policía nos ayudara. Para cuando pudimos obtener los permisos para actuar, la mujer ya había sido avisada de nuestra intervención y entonces alguien vino y se llevó a la mayoría de animales a otro sitio. Nunca supimos donde terminaron.
Cuando intentamos coger los pocos equinos que quedaron fue increíblemente difícil. La mayoría eran jóvenes, nunca habían sido manejados y estaban prácticamente salvajes. Ni siquiera habían llevado nunca un cabestro y nos llevó horas y horas meterlos en el remolque y llevarlos al refugio; no pudimos contar las veces que nos arrastraron por los campos.
De vuelta en nuestro refugio pasamos meses ganando poco a poco la confianza de nuestros caballos árabes, enseñándoles que aquí no había nada que temer. Ahora viven juntos en cercados adyacentes, junto a Linda May, el potro que Ginger tuvo unos meses después de llegar a nuestro refugio.
Puede leer más sobre sus historias individuales aquí abajo.
Ginger es una yegua árabe con un carácter tranquilo y precioso que desafortunadamente fue maltratada, la tuvieron continuamente preñada, sin dejarla ganar peso y recuperarse entre embarazos. Su dieta era muy pobre y estaba increíblemente delgada.
Ginger estaba preñada cuando la rescatamos. Hicimos todo lo posible para darle la alimentación adecuada que necesitaba con urgencia y seis meses después dio a luz a la pequeña Linda May, el primer potro nacido en nuestro refugio.
Las dos salen juntas a diario y a menudo las vemos ir por el campo a medio galope. Su vínculo es irrompible.
Cuando lo rescatamos, Zak era un potro de 18 meses, un momento de gran importancia para el crecimiento de un caballo. Pero como estaba junto con bastantes caballos, él era el último en el orden jerárquico cuando había que comer y estaba terriblemente malnutrido.
Zak nunca conoció el amor y el afecto que la mayoría de caballos jóvenes dan por hecho, porque su madre fue preñada casi inmediatamente después de su nacimiento. Nosotros hicimos todo lo posible para devolverle a Zak su juventud, y estuvimos encantados de verle empezar a comportarse como otro joven normal en tan solo unas pocas semanas.
En nuestro refugio, Zak fue castrado, pero aun es un caballo travieso y divertido. Él tiene un buen estado físico, pero con los años nos hemos dado cuenta de que él es muy frágil psicológicamente y muy nervioso. Nosotros le seguimos dando todo el amor que él se merece.
Spirit es otra potra de Ginger. Tenía menos de tres años cuando llegó a nuestro refugio y estaba muy desnutrida. Ni siquiera sabía lo que eran las zanahorias o las manzanas, ya que solo había sido alimentada con forraje de mala calidad.
Ahora tiene un gran apetito y se comería todo lo que tenemos en casa, y por supuesto le encantan las zanahorias. Nos ha alegrado mucho ver a Spirit ganar confianza y seguridad poco a poco con las personas que la rodeamos. Spirit vive en el campo con su madre Ginger y su hermana Linda May.
Encontramos a Moses en el campo junto a Spirit. Él tampoco tenía ni idea de lo que eran las zanahorias o las manzanas y estaba extremadamente delgado.
Al principio Spirit y Moses no podían soportar estar separados, pero poco a poco, ganaron confianza y seguridad en la gente y en los animales que los rodeaban, ambos se convirtieron en caballos felices e independientes. Ahora Moses vive con Zak en el campo adjacente al de Spirit y Ginger.
