Harvey fue abandonado en un pequeño balcón en abril de 2013 siendo un cachorro. Le dejaron entre sus propias heces, sin comida ni agua, con muy poca sombra y sin forma de escapar. Nos dijeron que la familia española que vivía allí ya no podía pagar sus gastos de comunidad y simplemente se fue, dejandole encerrado en la terraza.

Una mujer que vivía en un apartamento vecino vió a este pobre perrito y llamó a la policía. Las autoridades dijeron que no podían actuar sin estar coordinados con un refugio al cual poder llevarlo después. Los refugios de perros locales estaban demasiado llenos como para ayudar, por lo que nos llamó desesperada. Simplemente no pudimos decir que no.

Harvey seguía siendo un cachorro cuando llegó, pequeño para su edad y con la espalda ligeramente deformada debido a la malnutrición.

Ahora está ya repuesto tras ese comienzo tan difícil. Es un chico enorme – casi del mismo tamaño que algunos de nuestros caballos en miniatura – y no parece darse cuenta de lo grande que es. Hasta derriba personas a veces por tanto entusiasmo. Por suerte, no parece tener ni una pizca de maldad.

Vive en nuestro jardín con nuestros otros residentes caninos, pero como ha aprendido a abrir puertas, regularmente entra en casa.

Ha hecho suyo mucho de nuestro espacio personal y no es el tipo de perro que teníamos intención de elegir, pero se quedará a nuestro lado, como todos los demás. Creemos que si te comprometes a salvar a un animal, debes mantenerlo y cuidarlo para el resto de su vida, no tratarle como si fuese un paquete. Harvey estará con nosotros para siempre.

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