Jett
Rescate: 11 de mayo del 2013
Cuando conocimos a Jett, no parecía un caballo que gozara de un buen estado de salud. Deformado, esquelético y con una pata trasera a punto de colapsarse, no sabíamos cómo había logrado sobrevivir.
Fue descubierto por los miembros de un club Inglés de senderismo durante uno de sus paseos. Lo encontraron atado a un naranjo y gravemente desnutrido, sobrevivía con comida podrida y restos de basura.
Un miembro del club nos llamó y, con la ayuda de la policía, pudimos finalmente convencer al propietario de Jett de que lo dejara marchar con nosotros. Por aquel entonces, tan solo tenía dos años de vida.
Realmente no sabemos cómo Jett llegó a las condiciones en las que lo encontramos. Sospechamos que o bien cuando era un potro no obtuvo los nutrientes necesarios de su madre para formar adecuadamente su sistema inmunológico o tal vez contrajo un virus en edad temprana. En cualquier caso, Jett desarrolló artritis séptica lo que le provocó un desarrollo óseo deficiente y que a día de hoy le ha provocado graves deformidades.
Cuando trajimos a Jett al refugio, nuestro veterinario afirmó que nunca había visto nada igual. Los rayos X revelaron que Jett no tiene placas de crecimiento (partes del esqueleto que determinan el crecimiento del equino). Jett presentaba un estado físico muy joven para su edad. Sin esas placas no sabíamos cómo iba a terminar de desarrollarse.
Asimismo, las radiografías revelaron el impactante estado de las patas traseras de Jett. Una de ellas estaba fundida en el corvejón (parte trasera de la rodilla del caballo), pero fue la otra pata la que realmente nos preocupó. Parecía estar colapsada; la radiografía desveló el motivo: la pata sólo se mantenía unida por ligamentos, en lugar de la estructura ósea habitual.
Sabíamos que debíamos tener mucho cuidado con Jett. Tendríamos que estar muy pendientes de él hasta que terminara de crecer, momento en el que podríamos operarle y reparar la articulación.