La situación que encontramos en Callosa de Segura (Alicante) solo se puede describir como un verdadero infierno.
Nueve burros y 14 caballos en condiciones deplorables, atados los 24 horas del día y con casi nada de agua ni comida, literalmente muriendo de hambre.
Esto iba a ser nuestro mayor reto hasta el día de hoy. Pero sabíamos que teníamos que hacer algo, aunque también sabíamos que rescatar tal cantidad de caballos nos causaría una gran presión financiera, además de dificultades para acogerlos.
Para nuestra satisfacción, el dueño de los caballos finalmente acabo condenado por maltrato.
Inicialmente La Asociación Nacional para la Defensa de los Animales y El Refugio del Burrito (una asociación con base en Málaga y raíces en Inglaterra) contactaron con nosotros.
Las dos asociaciones para los derechos de los animales habían puesto una denuncia contra el dueño, quien supuestamente abandonó los caballos después de declararse en bancarrota.
El Refugio del Burrito había recibido permiso legal para acoger los nueve burritos, pero no podían actuar sin hacerse cargo también de los 14 caballos que se encontraban en la finca situada en Callosa de Segura (una hora al noreste de Murcia).
Pero ¿quién en España se iba a hacer cargo a 14 caballos a punto de morir? Nosotros, por supuesto. Así que, después de la llamada del Refugio del Burrito, nos pusimos en marcha.
El día del rescate fue un esfuerzo sobrehumano. Nada más llegar, fuimos testigos de las terribles condiciones en que se encontraban los caballos y como habían sido tratados.
Los caballos y burros estaban muy sucios, aterrados y esqueléticos, atados en una nave que estaba a punto de derrumbarse. Los sementales estaban asalvajados e intentaron atacar a cualquiera que se les acercara. Encima, para empeorar la situación, el dueño estaba tan furioso que las autoridades pensaban que iba a sufrir un infarto.
Finalmente, nos trajimos los 14 caballosa a casa y les pusimos los siguientes nombres: Maverick, Harley, Wally, Chance, Alice, Freeda, Bettina, Moon, Sally, Maisy, Grace, EJ, Rosie y Liberty.
Para nuestro asombro, dos semanas después del rescate, Liberty dio a luz a un potro sano – algo prácticamente impensable por las condiciones en que se encontraba. Tristemente, de pronto Lilly se quedó huérfana cuando perdimos a su madre a causa de problemas intestinales, provocados por una herida interna que ya arrastraba. Intentamos salvar a Liberty en dos ocasiones con cirugía, pero no pudimos hacer nada por ella.
La pequeña Lily fue adoptada inmediatamente por Rosie, que era la yegua que había estado atada junto a Liberty antes del rescate de la miserable finca en Callosa de Segura. (Puedes leer mas sobre su sobrecogedora historia aquí)
Creemos que éste ha sido el mayor rescate llevado a cabo en España, todo esto sin ninguna ayuda económica por parte del gobierno o administración pública, los cuales nos pidieron ayuda al principio para hacernos cargo del rescate.
A fecha de mayo de 2016, hemos gastado más de 66.000 € en el rescate de los caballos. Esto incluye comida, gastos veterinarios, facturas del hospital de los caballos y el herrador.
Al final de junio de 2016, el largo proceso legal contra el dueño de los caballos finalmente llegó a su fin. Fue condenado a una sentencia de prisión condicional de nueve meses y se le inhabilitó durante tres años para ejercer como propietario o comerciante de caballos.
Nos sentimos enfadados por la sentencia. En efecto, el hombre fue condenado, pero llegaron a un acuerdo y no tuvo que cumplir su pena, ni pagar ninguna multa, ni enfrentarse a un juicio público.
Creemos que este hombre, que ha causado tanto sufrimiento a estos animales y que ha costado tanto dinero a tantas personas, ha salido prácticamente ileso.
Hemos podido cubrir el coste del mantenimiento de los 14 caballos usando dinero generosamente donado por nuestros seguidores, además de lo recaudado en las tiendas de caridad y de nuestro propio bolsillo. Desgraciadamente, en España no existe ayuda financiera ni concesiones fiscales destinadas a obras benéficas, aunque proporcionamos un servicio esencial a las autoridades. Nos parece ridículo que el dueño no tenga que pagar ni un céntimo.
Sin embargo, estamos encantados de ver los caballos disfrutando de la vida en nuestro centro de rescate, su casa. Los sementales, ahora castrados, ya no temen a los humanos y con el tiempo han sido domados.
Ahora los caballos pasan sus días al aire libre y a la luz del sol y nunca jamas serán atados ni maltratados.
La vida de los caballos ha cambiado radicalmente y están disfrutando plenamente de su segunda oportunidad. Ver su felicidad tras el retorno a un estado saludable es la razón por la que movemos cielo y tierra para rescatarles a ellos y a todos los que podamos.
