En una mañana de verano, recibimos una llamada de la policía de Orihuela sobre una propiedad cerca de Callosa de Segura, donde al parecer un hombre que acumulaba caballos y burros se hirió y murió solo en la propiedad.

Dejó a sus animales morir de hambre.

Todos estaban en condiciones absolutamente horrendas y, tras una investigación adicional, también se encontraron perros en jaulas escondidos en la parte trasera de la propiedad. La organización benéfica española de rescate de perros Asoka se involucró y fue absolutamente brillante, aunque creemos que algunos perros murieron porque lamentablemente estaban demasiado mal.

Nos pidieron que lleváramos a cinco burros, Ma Curly, así como a Little Lady, Geronimo, Ray y Dreamer (quien lamentablemente falleció poco después de su rescate).

Todos estaban en una condición terrible, especialmente Ma Curly, que llegó extremadamente desnutrida y con el cuello colapsado.

La llamamos Ma Curly por sus pelos rizados y porque claramente la habían utilizado como una burra de cría.

Pero a principios de noviembre de 2016, notamos que Ma Curly empezaba a tener problemas, con dolor en uno de sus cascos. Rod la trajo y nuestra veterinaria equina Dorothea le hizo radiografías, que confirmaron que Ma Curly estaba sufriendo de laminitis.

Más análisis de sangre confirmaron nuestros peores temores: Ma Curly también sufría de la enfermedad de Cushing y el síndrome de hiperlipidemia, y mostraba signos de insuficiencia renal. Con esa mezcla de enfermedades, hubiera sido imposible ayudarla.

Nunca permitiremos que un animal sufra innecesariamente, así que tomamos la difícil decisión de hacer que Ma Curly fuera sacrificada. Después de muchas últimas golosinas y abrazos, murió pacíficamente la mañana del 3 de noviembre.

Dado lo que sobrevivió, estamos muy, muy felices de haberle dado a Ma Curly tres maravillosos años en nuestros campos con sus amigos burros.

Descansa en paz, vieja amiga. Te extrañaremos.