Paco
Rescate: 2 de septiembre del 2016
Fallecimiento: 1 de septiembre del 2016

A la hora del almuerzo en una calurosa tarde española, recibimos una llamada de la policía de Almoradí para recoger a un burro que estaban a punto de confiscar.

Nos horrorizamos bastante por lo que encontramos: los antiguos dueños de Paco le habían puesto una cabezada muy pequeña, tan apretada que se había cortado la piel detrás de las orejas y en la nariz.

De vuelta en nuestro centro de rescate, nos pusimos a trabajar en el tratamiento de la infección en estas lesiones. Cuando comenzamos a limpiar la herida detrás de las orejas de Paco, descubrimos un gran agujero que supuraba pus. Pobre chico. Debe haber sentido mucho dolor.

La cabezada apretada también había causado problemas en la articulación de la nariz de Paco y la piel circundante.

Unos días después quedó claro que Paco había llegado portando el tétanos, una enfermedad potencialmente mortal. Lamentablemente, esta es una historia familiar para nosotros. Recibimos a estos animales de la policía, pero simplemente no sabemos qué bombas de tiempo llevan en su interior. Los antiguos dueños de Paco lo mantenían en condiciones crueles y sucias, creando así este problema. Sin embargo, una vez más, nos vemos obligados a recoger los pedazos y encontrar el dinero para pagar su atención veterinaria. No recibimos ni un céntimo de financiación gubernamental.

Transportamos a Paco al hospital equino de Alicante, donde los veterinarios confirmaron que su mandíbula estaba paralizada por el tétanos. Fue alimentado inicialmente mediante una sonda de alimentación y más tarde a través de un orificio de alimentación esofágica. Parecía estar mejorando.

Pero el 21 de septiembre, los veterinarios llamaron para informar que los músculos del estómago de Paco también se habían visto afectados por el tétanos, lo que ralentizaba su digestión. Luego tomamos la difícil decisión de ponerlo a dormir.

La única consolación es que al menos le dimos a Paco una muerte sin dolor. Sabemos que si no lo hubiéramos rescatado, habría tenido una muerte espantosa; no habría podido comer, habría luchado por respirar y habría tenido una muerte larga y dolorosa. Sabemos que sus antiguos dueños no habrían hecho nada.

No podemos agradecer lo suficiente a la policía de Almoradí por su acción en este caso. Almoradí siempre ha sido un bastión para personas desagradables y ha sido un verdadero desafío porque hasta ahora, la policía realmente no había mostrado mucho interés en lo que hacían esas personas con sus animales.

Pero las cosas parecen estar cambiando ahora y los agentes realmente están comprometidos y haciendo todo lo posible para sacar a estos animales de estos infiernos. Son casos como este los que realmente hacen que todo nuestro arduo trabajo valga la pena.

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