Perlita
Rescate: 22 de abril del 2017
Fallecimiento: 23 de abril del 2019
Perlita llegó a nosotros un sábado por la mañana, cuando su familia nos la entregó tras habernos rogado de que les ayudáramos durante una jornada de puertas abiertas.
Como nuestros visitantes más asiduos saben, no solemos aceptar casos como este, ya que nos encontramos con que demasiada gente busca simplemente utilizarnos como una manera de deshacerse de los animales que ya no quieren, y no tenemos suficientes recursos para acogerlos.
Sin embargo, la situación de Perlita era distinta. Perlita era propiedad de un señor de Los Montesinos, quien la adoraba y había cuidado de ella toda la vida – Perlita nació dentro de su casa, literalmente. Pero su dueño había envejecido y no se encontraba ya en condiciones de seguir a cargo de ella, por lo que Perlita, con sus 22 años, no tenía lugar al que ir, y nos decidimos a acogerla.
Después de su primera revisión veterinaria, y la primera visita del herrero, llegamos a la conclusión de que Perlita había sufrido laminitis en algún momento de su vida, lo cuál, aunque ya pasado, había dejado daños permanentes en los tendones.
Perlita no sufría dolor alguno, pero su paso no era tan fluido como debería, por lo que decidimos administrarle calmantes naturales y empezar a trabajar con nuestro herrero Enrique para estirar sus tendones y conseguir que estuviera más cómoda.
Unos rayos X llevados a cabo por nuestra veterinaria Dorothea también nos revelaron que, aunque los tendones de Perlita se habían contraído, la falangeta estaba casi intacta, su rotación no había sufrido grandes alteraciones, y no presentaba signos de infección. Todo esto indicaba un caso con favorables condiciones hacía una segura recuperación.
Desafortunadamente, hemos visto muchos casos como este de laminitis, especialmente en ponis. Muchas veces, la causa es la falta de educación de los dueños, que simplemente no saben como alimentar a estos animales apropiadamente en España, donde hay menos pasto y hierba fresca. Esto resulta en dietas a base de grano, altas en carbohidratos, e incluso pan blanco.
A esta inadecuada dieta se le una el hecho de que pocos herreros están correctamente cualificados para recortar los cascos de los caballos correctamente, y terminan reportando más daño que beneficio. Por desgracia, esto conduce a caballos cojos que terminan en refugios como el nuestro.
Lo importante es, sin embargo, que Perlita se encuentra feliz y en buenas condiciones. Su dueño claramente sentía gran afección por ella, y el único problema era su falta de conocimiento acerca de los cuidados apropiados para Perlita. Esta falta de conocimiento es uno de los motivos por los que nos tomamos nuestra labor tan en serio, para ayudar a educar a las personas acerca de lo que supone el correcto mantenimiento de un equino.